23.10.07

cerrado por defunción

perdón por la tristeza.

César Vallejo

31.8.07

descorchando vino nuevo, I

nunca debería jugar de visitante pero
tú, piadosa, trajiste a tu pareja de la mano
me miró con odio
pediste comprensión, un acuerdo
no soy capaz de amar y hacer política
y entonces estalló
la ciudad cubierta de agua hasta ahogar las ventanas
cuerpos muertos que contaminan el aire
yo intentaba salvar algún niño
entre aviones enormes rozando nuestras cabezas
y un callejón que conduce a una vista hermosa de la catedral
y la plaza desierta y agorafóbica
y unas escaleras en el suelo
que conducen al infierno del vino
y timbas de póker
acosado por una mujer tan vieja
como la vida
tan huesuda como una daga
tan pálida como el adiós.

despidiendo lo aprendido, I

desde la loma de este parque
puede verse una gran carretera
de ida y vuelta
y mil vías de tren
como cicatrices en el destino.

los coches no paran de moverse
no hay descanso
ni silencio,
un contínuo ir y venir
y me pregunto dónde irán,
para qué necesitan ir tan deprisa,
realmente no hay grandes cosas
que hacer en la vida
ni grandes sitios donde ir
lejos de uno mismo.

y se mueven incesantes
como una hilera de hormigas,
pero
las hormigas al menos tienen sentido:
salen a por comida,
la almacenan,
se reproducen,
y son ordenadas,
deberían aprender de ellas.

¿realmente creerán esos coches
que con sus viajes
están haciendo algo
interesante?

29.8.07

día de muertes

ha muerto Paco Umbral, el escritor que más he admirado.

Sevilla llora la muerte de Antonio Puerta, futbolista.

se cumplen años de la muerte de Manolete (a Umbral le habrá hecho gracia morir el mismo día).

un obrero ha muerto al caerle encima un ascensor.

Hemingway inmortalizó aquello que no pudo John Donne con su cita "la muerte de cualquier hombre me disminuye..." antes de Por quién doblan las campanas. Pero esa cita es demasiado idealista. La muerte de cualquier hombre no es igual a la de otro. Todos los hombres no son iguales, no viven igual, no mueren igual. Ni reciben el mismo trato ni la misma importancia.

Hay muertes que no me disminuyen, ni siquiera me afectan. Otras sí, como la del obrero. Y algunas que nos hacen crecer, como la de los dictadores.

Mi recuerdo hoy para ese obrero anónimo.

10.8.07

aquí ahora

vas a tener q pensar algo, chico, pq el miedo te está atenazando y el sol no es eterno. ¿pero qué quieres que haga? la gente tampoco parece saberlo, pero gira a tu alrededor como si supieran donde van, así q tampoco te preocupes por eso. una hoguera sí, eso es, una hoguera de San Juan, pero si tú no celebras San Juan, ya, pero a mí qué más me da, además ya ha pasado de fecha, bueno, yo lo celebro cuando quiero, además no es una celebración, es sólo una hoguera, una hoguera de ¿Brassens?, no ,en todo caso de Javier Krahe, le saludaste el otro día, sí, en la puerta del Café Central, buena gente, sí, es como hablar con un vecino, sí, ya me ha pasado antes con otros, una hoguera, ay, para echar papeles, muchos papeles, escritos, emborronados, pintados, notas, muchas notas, fotos a contratiempo, espacios sin ocupar, demasiado grandes en tu cabeza demasiado pequeña, qué bueno deshacerte de tantas historias sin contar, es como borrar teléfonos de la agenda, despeñar por el acantilado los carneros q te provocan, sí, es recofortante, perder lastre, olvidar recuerdos y palabras, sobre todo palabras, y encima las peores, las no escritas, las que aún están incrustadas en el cerebro, sí, quemémoslas, como se queman las pruebas de un delito, ¿sabes lo que estás escribiendo? no tengo ni puta idea, pero sé que hay gente q vive sin libros y sin ropa, ¿y cómo debe ser? no sé, estoy escribiendo sobre ello, mejor di que llevas dos años imaginándolo, y ¿qué acabo de decirte? lo mismo, para el caso, lo mismo. debe ser divertido vivir sin nada, debe serlo. girar y parar y luego girar... no, es lo que llevas en el equipaje, ¿ahora quieres que no te entiendan? ¿para qué? a nadie debe importarle mucho, si no, no estaría aquí ahora.

no infarto

tu estela sigo
inevitablemente
corazón herido
huye muy lejos
dolores, sudor frío,
pinchazos,
cateterismo,
jeringas,
medicinas,
antiagregantes,
desnudo el pecho
cables que crecen entre el vello
como mala hierba
y el mismo hospital
la misma habitación
las mismas enfermeras
sigo tus pasos
como el genoma que nos une
inevitablemente
y nuestra propensión a la tragedia
pero no te preocupes
aunque tú no lo sepas
(no te lo enseñaron)
los dioses nunca abandonan a sus héroes.

salve, dionisos,
protege con vino
las arterias
del consagrado por los augurios.

6.6.07

maldito cronotopo

mi padre se está muriendo, lo noto. la verdad es que creo que se está muriendo desde hace ya algunos años. quizá se está muriendo desde que nació y yo no me había dado cuenta hasta ahora. lo peor de la muerte no es el nombre, sino el sufrimiento del moribundo y la ausencia que deja.

lo peor de la muerte para el que no se muere es la ausencia, sí.

la ausencia es no poder mirarle a los ojos, no poderle tocar la mano, no sentir su latido, no escuchar su voz, no reir juntos de nuevo.

mis ausencias son mis muertes para otros, mis suicidios de cobarde o valiente que huye. me hubiera encantado romper el espacio y el tiempo como en una novela y poder disfrutar de los amigos que dejé atrás, tantos y tan buenos, de las chicas que no han vuelto a verme por unas u otras razones, por acción o por omisión. debo haberme muerto tantas veces que he perdido la cuenta. y lo único que se me ocurre, ante la imposibilidad de romper ese cronotopo, es el consuelo del recuerdo. quedamos en la memoria de los demás por nuestros actos, nuestros valores, nuestras palabras, nuestra genética (que es la única y verdadera inmortalidad; tantos siglos buscándola, y muchos no saben que la tienen en sus propias manos). pero también me pasa por la cabeza que esto no es más que la reflexión de una persona que piensa que la vida debe tener algún sentido. acepto que otros, con haber pasado por aquí y haberlo disfrutado, tienen bastante. me parece también válido.

mi padre se está muriendo. yo me estoy muriendo. tú te estás muriendo. estamos pasando de un estado a otro. lo único que nos queda ante la ausencia es el recuerdo. espero que el mío en vuestras vidas sea tan agradable como para mí fue vuestra amistad y vuestro amor.

* cronotopo: crono (tiempo) + topo (espacio).

5.6.07

vida literaria (I)

hablar de mi vida no debe ser nunca un valor añadido a mis escritos. comparto las ideas del estructuralismo, la obra debe defenderse por sí misma, sin connotaciones biográficas, como puedan ser la muerte de Lorca o de Miguel Hernández, que sí, que dan mucha pena, conmovedoras, pero que no debieran añadir un ápice al juicio literario de su obra. si fuese por penas y penurias, yo debería ser un escritor de fama universal; y aquí estoy, comiendo papel. pero, ¿dónde acaba el autor y dónde empieza la persona, si hasta yo mismo cuando pretendo hacer literatura, acabo hablando de mí, y cuando pretendo hablar de mi vida, se me escapan las metáforas?

vengo de tocarle los cojones un poco a Caballero Bonald y, la verdad, no ha sido tan difícil ni se lo ha tomado tan mal. mientras otros se centraban en la crítica tan manida a los best-seller y las tan famosas novelas históricas de los Caballeros del Santo Cipote, le he preguntado hasta qué punto no deja de ser una pseudo-dictadura de los medios de comunicación que aparezcan los mismos poetas siempre como ejemplo de calidad literaria. y he mencionado a sus amigos García Montero, Benjamín Prado, Benítez Reyes, Ángel González y él mismo, la troupé de Sabina. es lo que se nos propone desde los medios y acaba siendo normativo, hacer poesía realista y comprensible. todo lo que se salga de ahí, se mira con recelo, porque puede ser molesto al orden establecido. y en el otro lado, Gamoneda, la imaginación al poder. pero no la imaginación de inventarse otra vida (que muchos nos hemos creído que con eso ya vale), sino la imaginación de crear un mundo nuevo, con hechos extraordinarios y con un lenguaje diferente, una ruptura de la gramática. y no se ha tomado a mal mi comentario, al revés, cree que la poesía del futuro va por ahí, una mezcla, una tendencia a experimentar de nuevo, a la vanguardia, al hermetismo o a la imaginación. bueno, no sé si tenía que haber tocado ese tema, porque estas posiciones en la vida literaria son trincheras de guerra. y a mí me interesa más el sexo.

(tampoco creo que haya que tomarse tan a pecho lo que no es sino un entretenimiento en el que uno se cree que se está jugando la vida).

pero es curioso: desde que hablo con poetas, entre risas, he hecho algún comentario sobre la leyenda urbana de que Lucía Etxeberría enseña las tetas para entrar a los pubs donde no la dejan, o a los militantes realistas les hablo de Gamoneda y a los oníricos, de García Montero, y las miradas se endurecen. a mí, que esto me parece un juego más, empieza a picarme en la cabeza que debo tener más cuidado con mi lengua impulsiva, pues con su doble filo, me puede cortar los... labios.

en fin, no quería hablar de esto, sino de la muerte. pero quizá mañana.

(es lo que tiene ser un desconocido: que escribes lo que te sale de los cojones).

1.6.07

ESTO soy yo

realizo un trabajo
sin un ápice de interés.

un tipo que me es indiferente
me paga por ello.

el dinero no es de él
ni mío
no es de nadie
ha pasado por tantas manos
que ha perdido valor alguno.

con ese dinero
compro
una camisa
que yo no he tejido
compro
el pan
que yo no he amasado
compro
la luz
que nunca llegaré a ver.

pero esto
ESTO
soy yo.

31.5.07

aquella mañana de verano

para Javi Trillo

aquella mañana de verano
un domingo a las 8 con Javi
podríamos haber destruído el mundo
sólo con nuestro abrazo.

durante la noche nos habíamos bebido todo,
nos habíamos fumado todo
y la cena había sido generosa,
como el alma de mis amigos,
una parrillada excelente en su azotea
que un flaco alcohólico como yo
no supo degustar como sería capaz de hacerlo ahora.

allí, sentados a la mesa,
firmamos nuestro pacto de lealtad eterna
sobre los restos de la comida,
mil vasos vacíos,
ceniza sobre las sobras.

al salir a la calle
de vuelta a mi casa
no había nadie
-ni coches ni ruidos-
más que el canto de los pájaros del verano
y pensé entonces
que estaba tocado por los dioses
y que la brisa me impregnaría
de historias
y palabras
y amistad
y mi mano sería
el rayo que no cesa
hasta conseguir esa sonrisa irónica
de un borracho contra el cristal
de la puerta de su casa.

la sonrisa de los vencedores.

28.5.07

¿Y si todo fuera falso?

Cristina Fallarás. Diario ADN.

Nos hemos creído que necesitamos poseer un piso, como quien dice, tener un coche, una pareja, un trabajo fijo y un salario indefinido que nos impida plantearnos nuestras pequeñas vocaciones íntimas.

Nos hemos creído que las noticias dicen "la verdad", que los colegios educan, que los bancos nos guardan el dinero, que ser vulgares significa ser buenos y que lo habitual es lo correcto.

Nos hemos creído que la belleza está a la altura de las tetas, que podemos poner bridas al tiempo y que hay que cambiar toda la ropa del armario cada cuatro meses.

Nos hemos creído que lo mejor es no hacer nada para no equivocarse, no llamar la atención, fundirse en lo homogéneo, que es necesario obedecer.
¿Y si fuera exactamente todo lo contrario?

¿Y si el que paga una hipoteca fuera un triste ahogado, las noticias fueran una estrategia de empresa, el colegio un método de inserción laboral y la belleza física el biombo que esconde la insuficiente deformidad interior? ¿Y si resultar normales sólo fuera el método para evitar darnos cuenta de que no nos llega para la crítica?

Tengo la rica sensación de que aquí y allá aparecen personas y grupos que ya no pueden con tanta mediocridad y se revuelven. Son pocos, despiertan todas las prevenciones de las gentes insignificantes, y podrían incluso pasar por excéntricos o por dementes. Pero son.

¿Y si nos propusiéramos vivir después de atrevernos a pensar cómo queremos hacerlo?

24.5.07

Luis Artigue

Aquí os dejo un relato de mi amigo Luis Artigue, un escritor genial. Es lo mejor que he leído en mucho tiempo. Todos los que escribimos deberíamos leer Las Perlas del Loco Ventura para aprender a navegar por las bellas aguas de la imaginación. Un trabajo redondo, genial. Me recuerda mucho a la lucidez del loco que esbozamos mi amigo Javi Trillo y yo hace muchos años, cuando éramos más jóvenes y viajábamos a lomos de la melancolía, en un tratamiento para un guión de cine que se titulaba Hay días que no deja de llorar.

Luis se merece todos los éxitos que está teniendo. Y sólo me saca un año!!! Yo de mayor quiero escribir como él.

EXTRATERRESTRA

Estaba recostado en el porche de mi casa reflexionando sobre la esencia metafísica de los garbanzos con tocino y callos cuando, ante mí, divisé de pronto un ovni. Lo malo de estos hallazgos prodigiosos es que han de ser secretos si uno quiere seguir siendo considerado cuerdo, pero en tal caso no sirven para presumir. Yo había visto un ovni del mismo modo que a aquellos tres pastores lusitanos se les apareció la Virgen de Fátima, y decidí que ese fuera un secreto valioso e inconfesable, algo así como una muñeca hinchable o un pasadizo secreto desde la carbonera al almacén de dinero del banco. Sí, el ovni descendió en zigzag mientras yo lo observaba asombrado, aterrizó en el césped de mi jardín, se abrió en aquel enorme y extraño objeto una puerta, de esa puerta brotó algo parecido a una escalera mecánica hasta el suelo y apareciste, cariño.

18.5.07

Juan Carlos Mestre

CAVALO MORTO

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.

Un poema de Lèdo Ivo es una luciérnaga que busca una moneda perdida. Cada moneda perdida es una golondrina de espaldas posada sobre la luz de un pararrayos. Dentro de un pararrayos hay un bullicio de abejas prehistóricas alrededor de una sandía. En Cavalo Morto las sandías son mujeres semidormidas que tienen en medio del corazón el ruido de un manojo de llaves.

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.

Lèdo Ivo es un hombre viejo que vive en Brasil y sale en las antologías con cara de loco. En Cavalo Morto los locos tienen alas de mosca y vuelven a guardar en su caja las cerillas quemadas como si fuesen palabras rozadas por el resplandor de otro mundo. Otro mundo es el fondo de un vaso, un lugar donde lo recto tiene forma de herradura y hay una sola tarde forrada con tela de gabardina.

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.

Un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo es un río que madruga para ir a fabricar el agua de las lágrimas, pequeñas mentiras de lluvia heridas por una púa de acacia. En Cavalo Morto los aviones atan con cintas de vapor el cielo como si las nubes fuesen un regalo de Navidad y los felices y los infelices suben directamente a los hipódromos eternos por la escalerilla del anillador de gaviotas.

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.

Un poema de Lèdo Ivo es el amante de un reloj de sol que abandona de puntillas los hostales de la mañana siguiente. La mañana siguiente es lo que iban a decirse aquellos que nunca llegaron a encontrarse, los que aún así se amaron y salen del brazo con la brisa del anochecer a celebrar el cumpleaños de los árboles y escriben partituras con el timbre de las bicicletas.

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.

Lèdo Ivo es una escuela llena de pinzones y un timonel que canta en el platillo de leche. Lèdo Ivo es un enfermero que venda las olas y enciende con su beso las bombillas de los barcos. En Cavalo Morto todas las cosas perfectas pertenecen a otro, como pertenece la tuerca de las estrellas marinas al saqueador de las cabezas sonámbulas y el cartero de las rosas del domingo a la coronita de luz de las empleadas domésticas.

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.

En Cavalo Morto cuando muere un caballo se llama a Lèdo Ivo para que lo resucite, cuando muere un evangelista se llama a Lèdo Ivo para que lo resucite, cuando muere Lèdo Ivo llaman al sastre de las mariposas para que lo resucite. Háganme caso, los recuerdos hermosos son fugaces como las ardillas, cada amor que termina es un cementerio de abrazos y Cavalo Morto es un lugar que no existe.

18.4.07

la sombra

tú eres mi sombra,
que soporta mi cuerpo
andando en un parque desierto.

yo soy tu sombra,
que acaricia tus pies
perdidos en el mercado.

sin ti,
mi cuerpo no se mueve
(y el movimiento es la vida).

pero a veces no hay sol
y entonces no hay sombra.

y sin la sombra temo
no volver a casa
a tiempo de encender la lámpara
que adivine cuánto te necesito,
la lámpara que pueda crear
(aunque sea artificialmente)
la sombra de tu alma
junto a estas palabras.

27.3.07

los verdaderos sueldos

Mi sobrino, un hombre de 23 años, viene a casa y me cuenta que en el 20minutos se habla de que la media salarial en España es de 1800 euros al mes (900 euros en el caso de los inmigrantes). Debo estar soñando. O a lo mejor vivo en otro mundo. Tanto mi sobrino como yo -que ahora tengo 31 años- hemos desarrollado todo tipo de trabajos mundanos, sin cualificación, pues él aún está en la universidad y yo la abandoné sin finalizar mis estudios. Y coincidimos ambos en que nunca hemos ganado ni siquiera 900 euros al mes en ningún trabajo. Como trabajadores no-cualificados hemos recibido 700 y pico euros, el mínimo que obliga la ley a las empresas. Y punto. Esas cifras que ustedes sacan en su diario me parecen falsas. Como el tema de los mileuristas. En mi vida he llegado a ganar esos mil euros de los que tanto se quejan otros. Y la diferencia entre inmigrantes y españoles, entre hombres y mujeres, no debe ser tampoco muy real, porque mis compañeras y yo siempre hemos ganado la misma cifra miserable, sin distinción de raza o sexo. No hay más que buscar trabajo en restaurantes de comida rápida, perfumerías, librerías, como dependiente, conserje, camarero, jardinero o trabajos sin cualificación. Así pues, en lugar de hacernos la vida imposible a la gente de la calle, por ejemplo con la subida de precios en artículos de cultura con el dichoso canon digital, podrían estudiar métodos para multar a los medios de comunicación que dan noticias falseadas o a los medios con publicidad engañosa (véase las agencias de viaje low-cost, por ejemplo, o toda aquella empresa que da precios en sus anuncios que luego nunca se ajustan al precio final). ¿Por qué multar al tipo de la calle y no multar a las grandes empresas?
Y hago otra propuesta: los medios de masas, tan dados a patear el lenguaje, podrían acuñar este nuevo término: setecientoseuristas. Además, se lo regalo; no pienso cobrarles derechos de explotación.

6.3.07

las pequeñas memorias


el otro día vi una entrevista a José Saramago hecha por Sánchez Dragó sobre las pequeñas memorias de un ser tan humilde como fascinante, este escritor luso a quien tanto admiro (una de mis 4 eses *ases*). don José no sabe que le conozco, pero lo va a saber en un próximo viaje.

mañana quiero ir a comprar este libro para que mi padre pueda leerlo. desde que ya no puede andar más allá de unos metros desde la puerta de casa, desde que ha decidido -con la sabiduría que dan los años- que ya pocas cosas importan, desde que se entrega a la corriente, desde que se entrega... (se está entregando... a la espera... al final, cada vez más cercano...) su mayor esfuerzo lo realiza leyendo por las mañanas libros de autores desconocidos de su misma edad que yo voy editando, historias de pueblo, de aquellos años del hambre, anécdotas de seres tan llanos y abruptos como la naturaleza misma, cosas del campo y de otro tiempo, cuando no existía siquiera la electricidad. mi rabia es que no son historias bien escritas ni con una mínima calidad redactora -la literaria, ni se atisba-.

así que estas memorias de Saramago, uno de mis 4 eses *ases*, estoy seguro que van a calar en su piel arrugada como la corteza de los olivos que abrazaba el abuelo de don José un día antes de morir, llorando, despidiéndose de tanta belleza, y le van a traer el recuerdo más grato de aquellos años tan duros y tan felices de la vida ya pasada. porque, como dijo la abuela de don José antes de morir, sentada en los escalones de la vieja casa en el campo, mirando las estrellas, el mundo es tan bello y yo tengo tanta pena de que él un día no pueda disfrutarlo...

27.2.07

lo que yo quiero es...

tocar la guitarra todo el día...

y que la gente se enamore de mi voz!!!

http://www.goear.com/listen.php?v=1989b91

bares, ¡qué lugares!

No quería ceder, pero al final creo que lo necesito. No quería contaros lo que pasa por mi cabeza, por mi vida, pero supongo que me está removiendo las entrañas y tengo que contarlo. Pero conste: yo no quería.

Nunca me ha gustado hacer vida literaria, tertulias, recitales, conocer a otros poetas. Dios creó muchos poetas, pero no suficiente poesía. He preferido emborracharme con mis amigos, hablar de cualquier tema pagano, no mencionar los espíritus literarios que duermen conmigo cada noche. En casa de herrero... Pero llevo unos meses frecuentando algunas presentaciones, algunos recitales, alguna conferencia. Y estoy harto. Comparando. Jodiéndome. Intentando descubrir el sublime secreto que distingue al poeta publicado del poeta maldito. En cada ocasión miraba los lugares, salas de renombre, pinturas al fresco, siglos de historia y me decía: joder, este no es lugar para mí. Yo tenía que estar en un bar emborrachándome. Y pensaba en los viejos tiempos.

La última presentación fue un coñazo. Soporífera. Pretenciosa. Con un público también pretencioso (¡lo que faltaba!). Pseudoprofetas que confunden a Celan con Cèline, el poeta leyendo en tono aburrido hablando del demiurgo mientras su editor y algún amigo le iban chupando la polla a su ego. Se creía muy radical, poniendo como ejemplo radical a Luis Cernuda. Tócate los cojones. Rebeldía no es ser radical. Tampoco nadar contra corriente. Si te crees radical sentado en una mesa escribiendo, morir de hambre debe ser una patraña.

Resumiendo, salí bastante deprimido, con ganas de llorar. Un editor está seriamente interesado en publicar mis poemas. Y no es autoedición. Pero se le parece: nuestra oportunidad es conseguir alguna subvención pública. Con eso tiramos adelante. Osea, que ningún editor, ni siquiera de un sello distinguido, con cierto renombre entre poetas -como es el caso- se juega la cara por un desconocido si no hay un aval de por medio. Podría hablar de editoriales medianas y grandes: todas funcionan así. Los mecenas son los premios, las diputaciones provinciales, las cajas de ahorros. Una forma de blanquear dinero. Qué miseria.

Nos queda el gusto por seguir escribiendo. Me jode darle la razón a Sanchez Dragó.

Ya os lo cuento otro día.

23.1.07

de memes

Mrs. Bing me invita a participar en esto de los memes. Copiando sus palabras: Entiendo que consiste en contar 5 cosas de mí que sean secretas, o, más bien, que vosotros desconozcais...

1. De pequeño iba para torero. Mi tío fue novillero, llegó a torear una decena de novilladas, luego tuvo que dejarlo al no encontrar apoderado. Así q desde pequeño jugaba en la calle a los toros. Era la época en que todavía estaban bien vistos los toros y mi mejor amigo también era de tradición típica española: fútbol y toros, como en mi casa. Tenía una traje de luces colorao, como decía mi padre, estoque de madera, montera, banderillas, capote y muleta, ambas telas cosidas por mi abuela. Todavía conservo muchos de aquellos aperos. Y no dejéis nunca de pisar un albero, la tierra del ruedo. Es impresionante. Hay vibraciones. Huele a respeto y muerte.

2. He visto monstruos y fantasmas. Y no mola mucho.

3. Siempre huelo el cartón de la leche antes de echarme en el vaso. No soporto el olor de la leche agria.

4. Procuro cortarme las uñas los martes. Es una vieja superstición de un amigo brasileiro. Si pasa el martes, no te las puedes cortar hasta el martes siguiente. Si lo cumples, nunca te faltará el dinero (es una chorrada, pero a mí me hace ilusión acordarme así de mi amigo).

5. Hubo un tiempo en que escribía siempre con un fular al cuello, tipo Paco Umbral. Hasta en verano, en ropa interior, y con mi fular al cuello. Hace años. Fue durante mi primera novela.

Siguiendo la costumbre del sagrado ritual de los memes, encargo uno a: Valmon, Vanlat, Noa y Martín(Hache) Tuxo, que no me escribe en su bloggo.

Amén.

9.1.07

don Santiago


acabo de ver en televisión una entrevista, curiosamente, de dos personajes públicos a quienes he tenido la suerte de conocer, conversar con ellos, estrechar su mano. Santiago Carrillo y Fernando Sánchez Dragó. mi admirado Carrillo, como decía mi amigo Javi. admirado no tanto por su actividad política como por su palabra, su pensamiento, su adaptación. 91 años, que serán 92 en el día 18, le contemplan. y lo que me sigue llamando más la atención cada vez que habla es su honestidad. como todo ser humano, ha cometido errores a lo largo de su vida. como todos. pero curiosamente, al contrario que otras personas de su generación, ganadores de la guerra incivil, es capaz de reconocer dichos errores en público. esa valentía es la que le diferencia del resto.

siempre sostiene en sus entrevistas que él pensaba en su juventud que el mundo había que transformarlo, por necesidad de millones de seres humanos, por inercia, porque no podía ser de otra forma. y con ingenuidad pensaba que él vería con sus propios ojos ese cambio hacia un mundo socialista, más justo, más equilibrado, más amable. pero el hombre sueña y la realidad dispone. los cambios no han dado los frutos que él soñó. lo cual no impide seguir soñando, porque esto hay que transformarlo, como diría don Santiago.

cuando volvió de su exilio, el tiempo había hecho su trabajo. se temía una respuesta vengativa, por el exilio, por las cárceles, por los muertos, por la represión. pero vino con otras aspiraciones, mucho más humildes. democracia, eurocomunismo, concordia. el mundo había evolucionado desde los totalitarismos de los años 30. y hasta el propio Juan Carlos I supo reconocer su aportación al clima democrático del país en su cena de 90 cumpleaños, justo la noche en que se retiró la estatua de Franco de los Nuevos Ministerios en Madrid. un guiño a la historia que se había hecho esperar demasiados años.

me quedo con esa lección de vida, con esa adaptación a los tiempos de un hombre luchador y valiente, imperfecto y honesto. quizá lo único que podemos esperar todos de la vida es que nada va a ser jamás como lo hemos soñado. pero repito: eso no impide seguir soñando.


y de la altura de nuestros sueños obtendremos una realidad más digna (o más sucia).

4.1.07

yo soy Bandini, Arturo Bandini

Yo era joven, pasaba hambre, bebía, quería ser escritor. Casi todos los libros que leía pertenecían a la Biblioteca Municipal del centro de Los Angeles, pero nada de cuanto me caía en las manos tenía que ver conmigo, con las calles, ni con las personas que me rodeaban. Me daba la sensación de que todos se dedicaban a hacer juegos de prestidigitación con las palabras, que aquellos que no tenían prácticamente nada que decir pasaban por escritores de primera línea. Sus libros eran una mezcla de sutileza, artesanía y formalismo, y era esto lo que se leía, se enseñaba en las escuelas, se digería y se transmitía. Era un invento cómodo, una Logocultura ingeniosa y prudente. Había que volver a los autores anteriores a la Revolución Rusa para encontrar algo de aventura, un poco de pasión. Había excepciones, pero eran tan escasas que se agotaban rápidamente y uno se quedaba sin saber qué hacer ante las filas interminables de libros insípidos. A pesar de todo lo que podía haberse aprendido en los siglos precedentes, los autores modernos no eran lo que se dice muy hábiles.
Cogía de las estanterías un libro tras otro. ¿Por qué nadie decía nada? ¿Por qué no alzaba nadie la voz por encima de la de los demás?
Probé en las distintas secciones de la biblioteca. La sala de Religión me pareció un páramo tan vasto como inútil. Fui a la de Filosofía. Di con un par de alemanes resentidos que me estimularon una temporada, hasta que los olvidé. Probé con las matemáticas, pero las matemáticas superiores no se diferenciaban de la religión. No me afectaban en absoluto. Lo que yo buscaba no se encontraba al parecer en ninguna parte.
Probé con la geología, y al principio sentí cierta curiosidad, pero me resultó insustancial a la postre.
Descubrí ciertos libros sobre cirugía y me gustaron los libros sobre cirugía: las palabras eran nuevas y maravillosas las ilustraciones. En concreto, me gustaron y memoricé los detalles de las operaciones del mesocolon.
Al final abandoné la cirugía y volví a la gran sala abarrotada de autores de novelas y cuentos. (Cuando tenía morapio en abundancia no iba por la biblioteca. Una biblioteca era un lugar estupendo para pasar el rato cuando no se tenía nada para comer o beber y cuando la dueña de la casa le perseguía a uno con los recibos atrasados del alquiler. En la biblioteca, por lo menos, se podía ir al lavabo sin problemas.) Vi muchísimos compañeros de vagabundeo allí, y casi todos dormidos sobre el libro abierto.
Seguí recorriendo la sala general de lectura, cogiendo libros de los estantes, leyendo unas cuantas líneas, unas cuantas páginas, y dejándolos en su sitio a continuación.
Pero cierto día cogí un libro, lo abrí y se produjo un descubrimiento. Pasé unos minutos hojeándolo. Y entonces, a semejanza del hombre que ha encontrado oro en los basureros municipales, me llevé el libro a una mesa. Las líneas se encadenaban con soltura a lo largo de las páginas, allí había fluidez. Cada renglón poseía energía propia y lo mismo sucedía con los siguientes. La esencia misma de los renglones daba entidad formal a las páginas, la sensación de que allí se había esculpido algo. He allí, por fin, un hombre que no se asustaba de los sentimientos. El humor y el sufrimiento se entremezclaban con sencillez soberbia. Comenzar a leer aquel libro fue para mí un milagro tan fenomenal como imprevisto.
Tenía tarjeta de lector. Rellené la hoja del servicio de préstamo, me llevé el libro a casa, me tumbé en la cama, me puse a leerlo y mucho antes de acabarlo supe que había dado con un autor que había encontrado una forma distinta de escribir. El libro se titulaba Pregúntale al polvo y el autor se llamaba John Fante. Tendría una influencia vitalicia en mis propios libros. Acabé Pregúntale al polvo y busqué más libros de Fante en la biblioteca. Encontré dos: Dago Red y Espera a la primavera, Bandini. La calidad era la misma, se habían escrito con el corazón y las entrañas y no hablaban de otra cosa.
Sí, Fante tuvo sobre mí un efecto poderoso. Poco después de leer los libros que he citado conviví con una mujer. Estaba más alcoholizada que yo, sosteníamos peleas violentas y a menudo le gritaba: «¡No me llames hijo de puta! ¡Yo soy Bandini, Arturo Bandini!».
Fante fue para mí como un dios, pero yo sabía que a los dioses hay que dejarles en paz, que no hay que llamar a su puerta. Sin embargo, me ponía a hacer conjeturas sobre el punto exacto de Angel’s Flight en que al parecer había vivido y hasta pensaba que a lo mejor seguía viviendo allí. Casi todos los días pasaba por el lugar y me preguntaba: ¿será ésa la ventana por la que se deslizaba Camila? ¿Es ésa la puerta de la pensión? ¿Es ése el vestíbulo? No lo he sabido nunca.
Treinta y nueve años más tarde he vuelto a leer Pregúntale al polvo. Quiero decir que lo he vuelto a leer este año y que todavía se sostiene, al igual que las demás obras de Fante, pero que éste es el libro que prefiero porque constituyó mi primer encuentro con la magia. Escribió otros libros, además de Dago red y Espera a la primavera, Bandini. Por ejemplo, Plenitud de vida y La hermandad de la uva. En la actualidad está escribiendo otra novela, A dream of Bunker Hill.
Al final, gracias a otras vicisitudes, he conocido al novelista este mismo año. Queda mucho por decir de la vida de John Fante. Una vida con una suerte extraordinaria, con un destino horrible y llena de una valentía tan natural como insólita. Es posible que se cuente algún día, aunque creo que a él no le gustaría que yo la contase aquí. Permítaseme decir, sin embargo, que en su forma de escribir y en su forma de vivir se dan las mismas constantes: fuerza, bondad y comprensión.
Es todo. A partir de este momento, el libro pertenece al lector.

CHARLES BUKOWSKI
5-6-79

3.1.07

la tarde del 31 de diciembre

qué se puede esperar
de una tarde
en la que todos están
demasiado ocupados con tirar petardos,
demasiado ocupados en celebrar que
el año se acaba,
necios que no saben que dentro de unas horas
tendrán que enfrentarse a un nuevo año por delante
con tardes tan feas como ésta,
tardes tan feas
como el culo de George Bush cagando serpientes
que recorrerán todas las cañerías
y vendrán a retorcerse sobre nuestro cuello
entrando en nuestras hogares
a través de la taza del wáter
o la televisión.

en tardes así reconozco
que nunca he sabido comunicar nada
pero aún poseo cierta dignidad
que procede de los garabatos escritos.
aún poseo la honestidad que conceden
los bares y los hospitales,
la honestidad que conceden las putas.

tengo una tarde fea
y la manos frías
pero con un poco de suerte,
se pasará, como todo,
y entonces tendré otra oportunidad
de comunicarme contigo.

hubo otra mitad en la foto


tenía el ordenador apagado ya y estaba en la cama debajo del edredón, pero mi cabeza se ha ido de paseo por los recuerdos y si alguien merece un esfuerzo, alguien de mi vida, una de esas personas, eres tú. supongo que todo viene por una película que vimos juntos, que ahora, al volver a verla, me ha recordado a ti y aquellos años compartidos. la película es 28 días, con Sandra Bullock, ¿te acuerdas? me ha traído a la memoria un montón de risas, de miradas, de caricias, de besos, de complicidad, tantas cosas que fuimos compartiendo y aprendiendo juntos. nos elegimos después de muchas miradas furtivas, miradas con intenciones y luego... tú ya lo sabes, todo fue seguido. escapadas, excursiones, museos, cenas, películas, paseos y conversaciones, miles de palabras por el aire.

no sé si estoy nostálgico, pero bueno, tú ya sabes que con el frío me pongo blando y luego se me pasa. libros, esperas, llamadas, algunas lágrimas compartidas. no quiero ponerte triste, ni hacerte revolver el pasado. sólo quería hacerte cómplice de mis pensamientos, una vez más, y hacerte mirar con una sonrisa todo aquello que pasamos juntos durante cuatro años. para mí desde luego fueron 4 años maravillosos. y no han ido al cajón del olvido, porque esta misma noche he querido rescatarlos.

uno comete errores, como es humano, pero no quería ceder al olvido una vez más. sobre todo con personas importantes en la vida de uno. y me apetecía hacer justicia con la memoria de nuestros años juntos y con la memoria de tus ojos azules en los míos. tienes un trozo de mi corazón, me alegro de que así sea.

quizá estas no sean mis mejores palabras -tú sabes que a veces las vendo caras y también sabes que pueden ser más talentosas- pero desde luego son unas palabras muy sinceras. recibe mi beso.

2.1.07

almacén de palabras

el almacén está engordando, debe ser el paso del tiempo. no ordeno sus palabras salvo porque se agrupan ellas solas en una composición que algunos pueden llamar poemas, que otros llamarán columnas y que yo llamo... no importa. ya vendrá el encargado a etiquetarlas. yo sólo trabajo en este almacén como mozo de carga y descarga de ideas e historias. de la fusión nacen los cócteles más elegantes y los cócteles más explosivos, los molotov y los auténticos decadentes, bárbaros, salvajes, puros y, como diría un amigo argento, con entereza y estilo. la fuerza se sobreentiende. 2007 será un año más para el almacén. ya veremos su producción.