31.5.07

aquella mañana de verano

para Javi Trillo

aquella mañana de verano
un domingo a las 8 con Javi
podríamos haber destruído el mundo
sólo con nuestro abrazo.

durante la noche nos habíamos bebido todo,
nos habíamos fumado todo
y la cena había sido generosa,
como el alma de mis amigos,
una parrillada excelente en su azotea
que un flaco alcohólico como yo
no supo degustar como sería capaz de hacerlo ahora.

allí, sentados a la mesa,
firmamos nuestro pacto de lealtad eterna
sobre los restos de la comida,
mil vasos vacíos,
ceniza sobre las sobras.

al salir a la calle
de vuelta a mi casa
no había nadie
-ni coches ni ruidos-
más que el canto de los pájaros del verano
y pensé entonces
que estaba tocado por los dioses
y que la brisa me impregnaría
de historias
y palabras
y amistad
y mi mano sería
el rayo que no cesa
hasta conseguir esa sonrisa irónica
de un borracho contra el cristal
de la puerta de su casa.

la sonrisa de los vencedores.

28.5.07

¿Y si todo fuera falso?

Cristina Fallarás. Diario ADN.

Nos hemos creído que necesitamos poseer un piso, como quien dice, tener un coche, una pareja, un trabajo fijo y un salario indefinido que nos impida plantearnos nuestras pequeñas vocaciones íntimas.

Nos hemos creído que las noticias dicen "la verdad", que los colegios educan, que los bancos nos guardan el dinero, que ser vulgares significa ser buenos y que lo habitual es lo correcto.

Nos hemos creído que la belleza está a la altura de las tetas, que podemos poner bridas al tiempo y que hay que cambiar toda la ropa del armario cada cuatro meses.

Nos hemos creído que lo mejor es no hacer nada para no equivocarse, no llamar la atención, fundirse en lo homogéneo, que es necesario obedecer.
¿Y si fuera exactamente todo lo contrario?

¿Y si el que paga una hipoteca fuera un triste ahogado, las noticias fueran una estrategia de empresa, el colegio un método de inserción laboral y la belleza física el biombo que esconde la insuficiente deformidad interior? ¿Y si resultar normales sólo fuera el método para evitar darnos cuenta de que no nos llega para la crítica?

Tengo la rica sensación de que aquí y allá aparecen personas y grupos que ya no pueden con tanta mediocridad y se revuelven. Son pocos, despiertan todas las prevenciones de las gentes insignificantes, y podrían incluso pasar por excéntricos o por dementes. Pero son.

¿Y si nos propusiéramos vivir después de atrevernos a pensar cómo queremos hacerlo?

24.5.07

Luis Artigue

Aquí os dejo un relato de mi amigo Luis Artigue, un escritor genial. Es lo mejor que he leído en mucho tiempo. Todos los que escribimos deberíamos leer Las Perlas del Loco Ventura para aprender a navegar por las bellas aguas de la imaginación. Un trabajo redondo, genial. Me recuerda mucho a la lucidez del loco que esbozamos mi amigo Javi Trillo y yo hace muchos años, cuando éramos más jóvenes y viajábamos a lomos de la melancolía, en un tratamiento para un guión de cine que se titulaba Hay días que no deja de llorar.

Luis se merece todos los éxitos que está teniendo. Y sólo me saca un año!!! Yo de mayor quiero escribir como él.

EXTRATERRESTRA

Estaba recostado en el porche de mi casa reflexionando sobre la esencia metafísica de los garbanzos con tocino y callos cuando, ante mí, divisé de pronto un ovni. Lo malo de estos hallazgos prodigiosos es que han de ser secretos si uno quiere seguir siendo considerado cuerdo, pero en tal caso no sirven para presumir. Yo había visto un ovni del mismo modo que a aquellos tres pastores lusitanos se les apareció la Virgen de Fátima, y decidí que ese fuera un secreto valioso e inconfesable, algo así como una muñeca hinchable o un pasadizo secreto desde la carbonera al almacén de dinero del banco. Sí, el ovni descendió en zigzag mientras yo lo observaba asombrado, aterrizó en el césped de mi jardín, se abrió en aquel enorme y extraño objeto una puerta, de esa puerta brotó algo parecido a una escalera mecánica hasta el suelo y apareciste, cariño.

18.5.07

Juan Carlos Mestre

CAVALO MORTO

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.

Un poema de Lèdo Ivo es una luciérnaga que busca una moneda perdida. Cada moneda perdida es una golondrina de espaldas posada sobre la luz de un pararrayos. Dentro de un pararrayos hay un bullicio de abejas prehistóricas alrededor de una sandía. En Cavalo Morto las sandías son mujeres semidormidas que tienen en medio del corazón el ruido de un manojo de llaves.

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.

Lèdo Ivo es un hombre viejo que vive en Brasil y sale en las antologías con cara de loco. En Cavalo Morto los locos tienen alas de mosca y vuelven a guardar en su caja las cerillas quemadas como si fuesen palabras rozadas por el resplandor de otro mundo. Otro mundo es el fondo de un vaso, un lugar donde lo recto tiene forma de herradura y hay una sola tarde forrada con tela de gabardina.

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.

Un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo es un río que madruga para ir a fabricar el agua de las lágrimas, pequeñas mentiras de lluvia heridas por una púa de acacia. En Cavalo Morto los aviones atan con cintas de vapor el cielo como si las nubes fuesen un regalo de Navidad y los felices y los infelices suben directamente a los hipódromos eternos por la escalerilla del anillador de gaviotas.

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.

Un poema de Lèdo Ivo es el amante de un reloj de sol que abandona de puntillas los hostales de la mañana siguiente. La mañana siguiente es lo que iban a decirse aquellos que nunca llegaron a encontrarse, los que aún así se amaron y salen del brazo con la brisa del anochecer a celebrar el cumpleaños de los árboles y escriben partituras con el timbre de las bicicletas.

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.

Lèdo Ivo es una escuela llena de pinzones y un timonel que canta en el platillo de leche. Lèdo Ivo es un enfermero que venda las olas y enciende con su beso las bombillas de los barcos. En Cavalo Morto todas las cosas perfectas pertenecen a otro, como pertenece la tuerca de las estrellas marinas al saqueador de las cabezas sonámbulas y el cartero de las rosas del domingo a la coronita de luz de las empleadas domésticas.

Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.

En Cavalo Morto cuando muere un caballo se llama a Lèdo Ivo para que lo resucite, cuando muere un evangelista se llama a Lèdo Ivo para que lo resucite, cuando muere Lèdo Ivo llaman al sastre de las mariposas para que lo resucite. Háganme caso, los recuerdos hermosos son fugaces como las ardillas, cada amor que termina es un cementerio de abrazos y Cavalo Morto es un lugar que no existe.