6.6.07

maldito cronotopo

mi padre se está muriendo, lo noto. la verdad es que creo que se está muriendo desde hace ya algunos años. quizá se está muriendo desde que nació y yo no me había dado cuenta hasta ahora. lo peor de la muerte no es el nombre, sino el sufrimiento del moribundo y la ausencia que deja.

lo peor de la muerte para el que no se muere es la ausencia, sí.

la ausencia es no poder mirarle a los ojos, no poderle tocar la mano, no sentir su latido, no escuchar su voz, no reir juntos de nuevo.

mis ausencias son mis muertes para otros, mis suicidios de cobarde o valiente que huye. me hubiera encantado romper el espacio y el tiempo como en una novela y poder disfrutar de los amigos que dejé atrás, tantos y tan buenos, de las chicas que no han vuelto a verme por unas u otras razones, por acción o por omisión. debo haberme muerto tantas veces que he perdido la cuenta. y lo único que se me ocurre, ante la imposibilidad de romper ese cronotopo, es el consuelo del recuerdo. quedamos en la memoria de los demás por nuestros actos, nuestros valores, nuestras palabras, nuestra genética (que es la única y verdadera inmortalidad; tantos siglos buscándola, y muchos no saben que la tienen en sus propias manos). pero también me pasa por la cabeza que esto no es más que la reflexión de una persona que piensa que la vida debe tener algún sentido. acepto que otros, con haber pasado por aquí y haberlo disfrutado, tienen bastante. me parece también válido.

mi padre se está muriendo. yo me estoy muriendo. tú te estás muriendo. estamos pasando de un estado a otro. lo único que nos queda ante la ausencia es el recuerdo. espero que el mío en vuestras vidas sea tan agradable como para mí fue vuestra amistad y vuestro amor.

* cronotopo: crono (tiempo) + topo (espacio).

5.6.07

vida literaria (I)

hablar de mi vida no debe ser nunca un valor añadido a mis escritos. comparto las ideas del estructuralismo, la obra debe defenderse por sí misma, sin connotaciones biográficas, como puedan ser la muerte de Lorca o de Miguel Hernández, que sí, que dan mucha pena, conmovedoras, pero que no debieran añadir un ápice al juicio literario de su obra. si fuese por penas y penurias, yo debería ser un escritor de fama universal; y aquí estoy, comiendo papel. pero, ¿dónde acaba el autor y dónde empieza la persona, si hasta yo mismo cuando pretendo hacer literatura, acabo hablando de mí, y cuando pretendo hablar de mi vida, se me escapan las metáforas?

vengo de tocarle los cojones un poco a Caballero Bonald y, la verdad, no ha sido tan difícil ni se lo ha tomado tan mal. mientras otros se centraban en la crítica tan manida a los best-seller y las tan famosas novelas históricas de los Caballeros del Santo Cipote, le he preguntado hasta qué punto no deja de ser una pseudo-dictadura de los medios de comunicación que aparezcan los mismos poetas siempre como ejemplo de calidad literaria. y he mencionado a sus amigos García Montero, Benjamín Prado, Benítez Reyes, Ángel González y él mismo, la troupé de Sabina. es lo que se nos propone desde los medios y acaba siendo normativo, hacer poesía realista y comprensible. todo lo que se salga de ahí, se mira con recelo, porque puede ser molesto al orden establecido. y en el otro lado, Gamoneda, la imaginación al poder. pero no la imaginación de inventarse otra vida (que muchos nos hemos creído que con eso ya vale), sino la imaginación de crear un mundo nuevo, con hechos extraordinarios y con un lenguaje diferente, una ruptura de la gramática. y no se ha tomado a mal mi comentario, al revés, cree que la poesía del futuro va por ahí, una mezcla, una tendencia a experimentar de nuevo, a la vanguardia, al hermetismo o a la imaginación. bueno, no sé si tenía que haber tocado ese tema, porque estas posiciones en la vida literaria son trincheras de guerra. y a mí me interesa más el sexo.

(tampoco creo que haya que tomarse tan a pecho lo que no es sino un entretenimiento en el que uno se cree que se está jugando la vida).

pero es curioso: desde que hablo con poetas, entre risas, he hecho algún comentario sobre la leyenda urbana de que Lucía Etxeberría enseña las tetas para entrar a los pubs donde no la dejan, o a los militantes realistas les hablo de Gamoneda y a los oníricos, de García Montero, y las miradas se endurecen. a mí, que esto me parece un juego más, empieza a picarme en la cabeza que debo tener más cuidado con mi lengua impulsiva, pues con su doble filo, me puede cortar los... labios.

en fin, no quería hablar de esto, sino de la muerte. pero quizá mañana.

(es lo que tiene ser un desconocido: que escribes lo que te sale de los cojones).

1.6.07

ESTO soy yo

realizo un trabajo
sin un ápice de interés.

un tipo que me es indiferente
me paga por ello.

el dinero no es de él
ni mío
no es de nadie
ha pasado por tantas manos
que ha perdido valor alguno.

con ese dinero
compro
una camisa
que yo no he tejido
compro
el pan
que yo no he amasado
compro
la luz
que nunca llegaré a ver.

pero esto
ESTO
soy yo.